sábado, 14 de diciembre de 2013

Chile (II): Una estabilidad fragmentada; partidos políticos y reforma electoral

Evelyn Matthei (Alianza) y Michelle Bachelet (Nueva Mayoría) son las candidatas a la presidencia de Chile en segunda vuelta. Foto: Michelle Bachelet / Wikimedia Commons

En la entrada anterior, analizábamos los efectos del sistema binominal, una fórmula mayoritaria que potencia un bipartidismo feroz y equilibrado. Sin embargo, si observamos la composición de la Cámara de los Diputados, podemos hallar hasta ocho partidos con representación parlamentaria, y el más grande no ocupa ni una cuarta parte de los asientos. 

El sistema de partidos y coaliciones
El modelo chileno es una prueba de que un sistema electoral mayoritario no implica necesariamente la concentración del poder en pocos partidos. Lo que hace esto posible es la capacidad de los partidos chilenos para formar grandes coaliciones con listas comunes antes de presentarse a las elecciones. Este sistema garantiza la existencia de una pluralidad de opciones políticas, sin comprometer excesivamente la estabilidad del país, al estar obligadas estos partidos a negociar entre ellas y a compartir estructuras comunes dentro de una misma plataforma. Sin embargo, la fragmentación final también obliga al presidente del país a un diálogo constante para mantener el equilibrio entre las fuerzas de su coalición y evitar las luchas internas.
Número de representantes en la Cámara de diputados de Chile de las dos grandes coaliciones Nueva Mayoría y Alianza (y predecesoras) desde el fin de la dictadura. Imagen: Elaboración propia

Las dos grandes coaliciones que concentran casi todo el poder en Chile son:

Nueva Mayoría
Es la coalición de la izquierda, actualmente bajo el liderazgo de la ex presidenta Michelle Bachelet. Históricamente ha sido conocida como la Concertación hasta este año. Dos de sus socios (PPD y el PRSD) se habían distanciado de la Concertación en los comicios municipales en 2008, y acercado al Partido Comunista en los de 2012 (bajo la coalición Por un Chile Justo), pero tras una serie de negociaciones en 2013, se logró aunar a todas las fuerzas de la izquierda en una misma coalición. La Concertación ha sido la gran dominadora de la política chilena y ha ocupado la presidencia de la República de 1990 a 2010. Tras las recientes elecciones, cuenta con mayoría absoluta en ambas cámaras: 67 diputados (de 120) y 21 senadores (de 38). Entre los partidos que la conforman, destacamos:
  • Partido Democristiano (21 diputados y 6 senadores). Es el partido más grande y centrista de la coalición. Su ideología se fundamenta en el humanismo cristiano. Los presidentes Patricio Aylwin (1990-1994) y Eduardo Frei (1994-2000) pertenecían a este partido.
  • Partido Socialista (15 diputados y 6 senadores). Antes de la entrada del Partido Comunista, constituía la formación más a la izquierda de la coalición. La presidenta Michelle Bachelet (2006-2010), actual candidata presidencial, milita en esta formación.
  • Partido por la Democracia (15 diputados y 6 senadores). Heterogéneo en sus orígenes como grupo opositor a Pinochet en el plebiscito de 1988, en la actualidad se define como un partido progresista de centroizquierda. El presidente Ricardo Lagos (2000-2006) era miembro fundador de este partido.
  • Partido Radical Socialdemócrata (6 diputados). Es el partido más antiguo de Chile (el Partido Radical se fundó en 1863). En la actualidad defiende un programa socialdemócrata y mantiene estrechos vínculos con partidos europeos de la misma tendencia y con la logia masónica.
  • Partido Comunista (6 diputados). No entró en el parlamento hasta 2009, bajo la coalición Juntos Podemos Más, a su vez en connivencia con la Concertación. Durante los últimos años, ha logrado constituirse en foco mediático por liderar las protestas contra el presidente Piñera, especialmente en el ámbito estudiantil.
Número de representantes en la Cámara de diputados de Chile de los partidos socios en la coalición Nueva Mayoría (y predecesoras) desde el fin de la dictadura. Imagen: Elaboración propia
Por otro lado, al margen de lograr 10 diputados y 2 senadores más que en las anteriores elecciones, también ha cambiado el peso de cada uno de los partidos dentro de la coalición. La mayor presencia del Partido Socialista y el Partido Comunista auguran un giro a la izquierda en sus políticas si Bachelet alcanza la presidencia.

Alianza
La Alianza ha tenido varios nombres (Democracia y Progreso, Coalición por el Cambio…) y agrupa a las fuerzas de la derecha chilena. Su historial electoral no ha sido muy positivo, posiblemente por la asociación en el imaginario colectivo del movimiento conservador a la dictadura de Pinochet. Sin embargo, Sebastián Piñera hizo historia en 2010 al convertirse en el primer presidente perteneciente a esta coalición desde la reinstauración de la democracia, aunque, eso sí, con un resultado muy ajustado. Los dos partidos que articulan la Alianza son: 
  • Unión Demócrata Independiente (29 diputados y 8 senadores). Es el gran partido de la derecha, con fuerte influencia del conservadurismo católico y en su momento constituyó el principal apoyo político a Pinochet. La candidata presidencial Evelyn Matthei pertenece a este partido, aunque se ha distanciado de este durante los últimos años.
  • Renovación Nacional (19 diputados y 8 senadores). Es más moderado y liberal que su compañero de fórmula,  y durante el plebiscito de 1988 mantuvo una posición más ambigua con Pinochet. El presidente Sebastián Piñera (2010-2014) milita en este partido.
Número de representantes en la Cámara de diputados de Chile de los partidos socios en la coalición Alianza (y predecesoras) desde el fin de la dictadura. Imagen: Elaboración propia

Un futuro de cambios: el voto voluntario y la reforma electoral
Hasta estas elecciones, el ejercicio del voto era obligatorio una vez el votante se inscribiera en el censo por primera vez, a riesgo de tener que pagar una multa. En 2012 se estableció la inscripción automática y la voluntariedad del voto. Así, el número de personas inscritas ha pasado así de 8,3 a 13,6 millones, pero la participación electoral ha descendido de 7,3 a 6,7 millones de votantes. Muchos expertos, así como el presidente Piñera, han transmitido su preocupación por estos datos que implican una participación de menos de la mitad del censo. Junto al voto voluntario, otra reforma decisiva ha sido la celebración por primera vez de comicios regionales, lo que seguramente incremente la politización del país andino.

También puede tener efectos la futura modificación del sistema electoral, que implicaría un aumento del número de diputados y senadores, y un aumento de la proporcionalidad de la cámara. Como factor positivo, esta modificación no sólo rompería la equidad en el reparto de los escaños entre las dos grandes coaliciones para adecuarlo a la realidad, sino que facilitaría a los partidos pequeños la obtención de escaños sin participar en las mismas. Desde un punto de vista más negativo, a la larga, esto podría suponer un deterioro de la figura de la coalición por su falta de necesidad, un incremento de facto de la fragmentación del legislativo sin el control de estos paraguas, y unos mayores riesgos para la gobernabilidad del país, ante la probable necesidad de formar gobiernos en minoría.

Las movilizaciones vividas durante el mandato de Sebastián Piñera, especialmente las estudiantiles, han supuesto una llamada de atención para los partidos y han introducido las reformas constitucional, electoral y educativa en la agenda política. Foto: Nicolás15 / Wikimedia Commons

Por último, si las previsiones son ciertas y Michelle Bachelet vuelve al Palacio de la Moneda, a esto habrá que añadir la reforma de la constitución que proyecta su partido, aunque para ello necesitará pactar con la oposición. Todavía es pronto para hacer predicciones a cuatro años, pero posiblemente el pueblo chileno se enfrente a un sistema electoral muy diferente en las próximas elecciones generales.

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